Queridos Feligreses,

En la formación de los Ministros Extraordinarios de la Sagrada Comunión el domingo pasado, he destacado su autoridad para proteger la Eucaristía, el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Abordamos problemas de quienes desean recibir la  Sagrada Comunión. Me exhortaron a que escribiera una carta, así que, comparto esto de los Obispos Católicos de los Estados Unidos.

“La Iglesia entiende la Procesión de Comunión… como un signo de la Iglesia peregrina, el cuerpo de los creyentes en Cristo, en su camino hacia la Jerusalén Celestial. Toda la vida los que creemos en Cristo estamos avanzando con el tiempo hacia ese momento cuando nos lleve la muerte de este mundo y entremos en el gozo del Señor en el Reino eterno que él ha preparado para nosotros… Para algunos, sin embargo, la experiencia de la Procesión de la Comunión es mucho más prosaica, análoga quizás al estar en línea en el supermercado…La Procesión de Comunión es una acción del Cuerpo de Cristo. Una invitación de Cristo, extendida por el sacerdote que actúa en la persona de Cristo: ‘Dichosos los invitados a la cena del Señor,’ los miembros de la comunidad avanzan para compartir el banquete sagrado, para recibir el Cuerpo y la Sangre de Cristo que es el signo y la fuente de su unidad. De hecho, cada vez que avanzamos juntos para recibir el Cuerpo y la Sangre del Señor, nos unimos a las innumerables filas de todos los bautizados que se han ido antes que nosotros… Nuestra procesión debe moverse con dignidad; nuestra postura debe ser de quienes saben que han sido redimidos por Cristo y vienen a recibir a su Dios.”

El Canto de Comunión, “…es la oración corporativa de acción de gracias de los miembros del Cuerpo de Cristo, unidos entre sí. Una y otra vez las oraciones de la liturgia y las normas de la Instrucción General enfatizan este concepto fundamental de la unidad de los bautizados, haciendo hincapié en que cuando nos reunimos para participar en la celebración Eucarística nos acercamos, no como individuos, sino como miembros unidos del Cuerpo de Cristo… Es difícil para algunos de nosotros abrazar este énfasis en la Misa como la acción de una comunidad más que como un acto de mi propia fe y piedad, pero es importante que hagamos todo lo posible por hacerlo. Cristo en la última cena rogó a su Padre: ‘Padre Santo, guárdalos en ese Nombre tuyo que a mí me diste, para que sean uno como nosotros… como tú Padre estás en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros…’ ” (Juan 17, 11. 21)

La norma establecida por la Diócesis de los Estados Unidos es que la Comunión debe recibirse de pie, a menos que un miembro individual de los fieles desee recibir la Comunión de rodillas. Al recibir la Sagrada Comunión, el comulgante inclina la cabeza ante el Sacramento como un gesto de reverencia y recibe del ministro el Cuerpo del Señor. La hostia consagrada se puede recibir en la lengua o en la mano, a discreción de cada comulgante. Cuando se recibe la Sagrada Comunión bajo las dos especies, el signo de reverencia también se hace antes de recibir la Sangre Preciosa. [Mis palabras; si recibe en la boca extienda la lengua para que el sacerdote pueda colocar la hostia sobre la lengua sin tocar sus dientes]… Si uno es diestro debe colocar la mano izquierda sobre la derecha. La hostia será entonces colocada en la palma de la mano izquierda y luego tomada con la mano derecha a la boca. Si uno es zurdo esto se invierte. No es apropiado tratar de alcanzar la hostia con los dedos y tomarla

La persona que distribuye la Comunión dice, “El Cuerpo de Cristo”. Esta fórmula no debe ser alterada… El comunicante debe responder de manera audible, “Amén”, indicando que esta pequeña oblea de pan y el vino de este cáliz son en realidad el Cuerpo y la Sangre de Cristo el Señor. Cuando uno recibe el cáliz, se hace la misma proclamación… nunca es admisible que una persona sumerja la hostia… dentro del cáliz. Estas normas pueden requerir ajustes en lugares donde se utilicen otras prácticas, sin embargo, el significado de unidad en la postura y el gesto como un símbolo de nuestra unidad en el cuerpo de Cristo debe ser el factor que rige nuestras acciones.

Catecismo de la Iglesia Católica, 1396: En el Bautismo fuimos llamados a no formar más que un solo cuerpo. La Eucaristía realiza esta llamada: “El cáliz de bendición que bendecimos, ¿no es acaso comunión con la Sangre de Cristo?, y el pan que partimos ¿no es comunión con el Cuerpo de Cristo? Porque aun siendo muchos, un solo pan y un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un solo pan” (1 Cor 10, 16-17).

Espero que esto aclare la postura, respuesta y gestos correctos para recibir la Comunión. En cuanto al contacto visual; mi práctica es ver a Jesús en la hostia ya que muchos no desean contacto directo a los ojos en la intimidad de recibir a Cristo, especialmente en la boca. El enfoque no está en tu amistad con el sacerdote o el Ministro Extraordinario. Debe estar enfocado en afirmar su creencia: “Amén (Yo creo que es Jesús, mi Dios)”. La Eucaristía crea nuestra unidad y, por eso, debemos tratar de estar unidos en la manera en que nos acercamos y recibimos la Eucaristía.

Su siervo en Cristo, Padre Paul